2. Protección en contra de microorganismos perjudiciales
Alrededor del 50% de los ácidos grasos en el aceite de coco son ácidos láuricos. Cuando se digiere, el ácido láurico se transforma en un compuesto llamado monolaurina. Las investigaciones sugieren que tanto el ácido láurico como la monolaurina son capaces de eliminar patógenos dañinos, incluidos virus, hongos y bacterias.
Se ha demostrado en investigaciones que la Candida albicans, una fuente de infecciones por levaduras, y el Staphylococcus aureus, un patógeno potencialmente mortal, son vulnerables al ácido láurico y a la monolaurina.